INFORME - Análisis de datos sobre la educación en diferentes países: no hay interrelaciones fuertes entre los ingresos de un país y los resultados en la educación; el dinero aportado es importante, pero lo es más la cultura educativa; no hay sustitutos para los buenos profesores; para la elección de la escuela, la información es crítica; no hay un camino sencillo para obtener mejores resultados en la educación y en el mercado laboral; un índice global puede ayudar a subrayar las fortalezas y debilidades en la educación.
En estos momentos de crisis económica global y de tasas elevadas de paro en muchos países y especialmente en España, cuando, además, se está hablando del valor de la educación y de su papel en el desarrollo económico y social de las sociedades y en nuestro país del impacto de los llamados “recortes” en la educación, se ha publicado un informe por la editorial Pearson elaborado por la Economist Intelligence Unit sobre el valor de la educación y su impacto en la sociedad. Este informe forma parte de un amplio programa de análisis cuantitativo y cualitativo denominado “The Learning Curve”, cuyo objetivo es conocer qué es lo que conduce a resultados exitosos en la educación, tanto económicos como sociales.
Además recoge cinco lecciones o claves para aquellos que establecen las políticas en materia educativa: no hay soluciones mágicas ni sencillas; es esencial respetar a los profesores; se puede cambiar la cultura educativa; los padres no son ni un impedimento ni los salvadores de la educación; es crítico educar para el futuro, no para el presente.
Todos los países tienen como objetivo mejorar su educación considerando que existe una relación entre el conocimiento y las habilidades de sus ciudadanos con el mercado laboral y la competitividad. El informe que estamos analizando, así como el programa “the Learning Curve”, está orientado, en palabras de sus autores ”a ayudar a los que elaboran las políticas educativas, a los académicos y a otros especialistas a identificar algunos de estos factores [que hacen que los resultados educativos sean extraordinarios y la fuerza laboral esté más cualificada]”
Aunque la educación se analizaba hasta hace unas décadas de forma exclusivamente local, especialmente desde 1990 se han establecido sistemas para intentar comparar los resultados educativos mediante test como Progress in International Reading Literacy Study (PIRLS), Trends in International Mathematics and Science Study (TIMSS), y el Programme for International Student Assessment (PISA). El objetivo era comparar el rendimiento de los diferentes sistemas educativos y conocer qué hace que algunos sistemas tengan resultados mejores. En este sentido y según recoge el informe, de acuerdo con el Profesor Schleicher, el debate sobre la educación ha traspasado los estándares nacionales, de modo que los países con mejor rendimento establecen el camino a seguir, además PISA ha desafiado la idea de que la educación se debe evaluar principalmente por el volumen de gasto y de que más inversión es mejor, suponiendo un gran impacto el cambio de foco entre el gasto y los resultados.
Para realizar el estudio, la Economist Intelligence Unit ha generado una base de datos integrada por más de 60 indicadores recogidos de unos 50 países.
Tal y como hemos comentado, los principales hallazgos del informe son los siguientes:
No hay interrelaciones fuertes entre los ingresos de un país y los resultados en la educación (el dinero no lo es todo)
Se ha encontrado que existe relación entre los ingresos de un país y su rendimiento educativo, así mayores PIB están asociados con mejores resultados en el test PISA y el Índice de Ingresos predice las tasas de graduación en educación secundaria. Parecería que “el dinero compra mejor educación que, a su vez, proporciona mayores salarios”.
Sin embargo esta relación no es tan simple. Según un informe reciente de la OECD, el compromiso con la igualdad dentro de los sistemas educativos puede reducir notablemente la correlación entre ingresos del país y familiares y rendimiento educativo, destacando en este aspecto los resultados obtenidos por países como Finlandia, Canadá y Corea del Sur, de modo que ya no es tan clara la relación entre ingresos y resultados.
De forma similar la relación entre PIB y PISA no es tampoco tan evidente. En los países con ingresos por debajo de $20,000, el crecimiento económico parece que aporta mejoras rápidas en el rendimiento educativo. Por encima de este valor, las mejoras son menos evidentes. En cualquier caso, tal y como se dice en el informe en palabras de Eric Hanushek “ Es más importante cómo se utilizan los recursos que cuántos recursos. En algunos lugares los sistemas educativos y los países saben como gastar de forma inteligente y en otros no”. Además, “no parece que un crecimiento más rápido permita obtener mejores resultados en el test PISA, pero sí parece que hay evidencias de que si se encuentra una camino para obtener mejores resultados en PISA, se alcanzará un mayor crecimiento”
En este sentido destaca el informe que el Professor Schleicher tomando como ejemplo Corea del Sur y China que con PIB menores que muchos países tomaron decisiones estrageticas para centrar la inversión en educación, lo cual ha conducido a obtener mayores ingresos y mejores resultados en PISA.
En cualquier caso podemos concluir este apartado indicando que, según los expertos, aportar dinero al sistema sin más no es suficiente, es mucho más importante mejorar los procesos que consumen esos recursos y realizar una inversión inteligente. De hecho según se ha comentado, los ingresos de un país y la mejora en los test PISA son el resultado de las estrategias educativas adoptadas en el pasado, independientemente de los ingresos del país en el pasado.
El valor de la cultura en el ámbito de la educación
Por otra parte, el informe hace referencia a los valores culturales y a su relación con las políticas sociales y educativas. Hay que tener presente que el tiempo que pasa un joven en la escuela es limitado, de modo que es necesario reforzar los logros en el ámbito educativo fuera de éste, pues “si la sociedad glorifica a las celebridades que apenas leen, existe un problema importante”, en palabras del Dr. Finn.
También se recogen otros aspectos importantes en función de las regiones; en África la educación se ve como algo ajeno; en Asia el éxito se ve como algo que tiene que ver con la sociedad y la cultura más que con el sistema educativo,
Pero la cultura no es algo inmutable, se puede cambiar si se gestiona adecuadamente. El respeto a los profesores, por ejemplo, está presente en algunos países como Finlandia o Corea del Sur, pero se puede conseguir en otros países a través de políticas adecuadas, por ejemplo mediante unos salarios de ingresos similares a los de profesiones valoradas en ese país, resaltando el papel de los docentes en la construcción del futuro de la nación y reconociendo la labor de aquellos que destacan en su trabajo.
Por ello, más importante que el dinero, dicen muchos expertos, es el apoyo que se da a la educación en el entorno. Un cambio cultural adecuado permitirá obtener mejores resultados educativos.
No hay sustitutos para los buenos profesores.
Un punto de consenso es que los buenos profesores son básicos para la obtención de resultados en el sistema educativo. La existencia de buenos profesores se relaciona con ingresos más altos por parte de los antiguos alumnos, mejor estatus social, etc.
Hay dos cuestiones importantes en este apartado: cuáles son las características de los mejores profesores y cómo obtener mejores profesores. Parecer ser que los salarios más altos, sin más, no permiten conseguir resultados mejores. De acuerdo con el informe, los sistemas educativos que tienen éxito encuentran vías para atraer a los mejores a la profesión; le proporcionan formación continua y adecuada; proporcionan a los profesores un estatus similar a los de los profesionales más respetados en el país y establecen objetivos y expectativas adecuadas a los profesores y realizan el seguimiento del cumplimiento de esos objetivos.
En la elección de la escuela es básica la buena información
De acuerdo con el informe, los países que, de forma general, facilitan la elección de colegio tienen mejores resultados educativos y reducen sus costes. Parece ser que permitir a los padres elegir los mejores colegios reconoce la calidad educativa y conduce a una mejora del sistema.
Lo que no está tan claro es cómo encontrar el mecanismo que hace esto posible, aunque sí parece importante la posibilidad de utilizar algún sistema que permita decir a las escuelas lo bien que lo están haciendo, de modo que permita a los padres seleccionar la que ellos consideren mejor. La principal dificultad es qué indicadores utilizar y si el establecer sistemas que doten de autonomía a las escuelas y les permita competir entre sí y contar sus resultados es el mecanismo adecuado. De hecho algunos investigadores consideran que dotar de mayor autonomía a las escuelas es la vía para innovar y superar la burocracia y se debe ver como una oportunidad y la forma de establecer un nuevo modelo educativo.
Por otra parte, en muchos casos existe una relación entre clase social y elección de la escuela y se abre un debate social y político sobre la educación pública y privada y su financiación. Así el Profesor Woessmann, indica que “Si existe más capacidad de elección para los padres y más proveedores de educación fuera del monopolio estatal, los países obtienen mejores resultados”
En cualquier caso, está claro que aquellos padres que tienen información sobre los colegios (aquellos en los cuales hay menor tasa de absentismo entre los docentes, los profesores y los resultados académicos son mejores y los alumnos reciben mejor formación) están dispuestos a elegir esos centros y a invertir una parte importante de sus ingresos.
Por ello considero que es importante este debate sobre la competencia entre escuelas, a existencia de información pública sobre sus resultados y el propio debate entre la escuela pública y escuela privada.
Educación y rendimiento laboral
La educación parece estar relacionada con una serie de beneficios personales importantes: desde una vida más larga hasta mayores ingresos, pasando por la toma de mejores decisiones personales y profesionales. Además parece que también tiene un impacto en la sociedad, al modelar la conducta de la persona y también tiene relación con su productividad.
Sin embargo, encontrar el tipo de educación que conduce a mejores resultados económicos no es sencillo. Cada estrategia tiene sus ventajas y sus inconvenientes. En principio parece que la calidad de la educación es más importante que su duración; por otra parte algunos países se centran en una formación vocacional frente a sistemas más unificados. También es importante el contenido formativo, de modo que el sistema debe ir más allá de la educación para el hoy y pensar en qué habilidades se necesitan para el futuro y cómo incorporarlas en el sistema, de modo que ningún sistema educativo puede ser estático y debe adaptarse y anticipar los cambios en el mundo.
Un índice global puede ayudar a resaltar las fortalezas y debilidades de la educación
Además de crear un banco de datos, el programa Learning Curve ha creado un Global Index of Cognitive Skills and Educational Attainment (Índice Global de Habilidades Cognitivas y Logro Educativo). Incluye 40 países y utiliza los resultados obtenidos en diferentes test de habilidades cognitivas y medidas de resultados académicos y tasas de graduación. Los resultados tienen un valor en sí mismos, pero también tienen como objetivo el permitir identificar las fuentes de buenas prácticas.
De acuerdo con el índice, los países con mejores resultados son Finlandia y Corea del Sur, dos países con sistemas muy diferentes. Corea del Sur tiene un sistema rígido, con un currículo estricto, “dirigido” por la realización de tests y basado en el trabajo duro de los estudiantes, mientras que el sistema finlandés es mucho más flexible y relajado (los niños comienzan el colegio más tarde, no tienen deberes y pasan menos tiempo en clase). Los salarios de los profesores doblan el salario medio en Corea del Sur, mientras que el Finlandia está en la media y, por otra parte, la ratio alumno-profesor es mucho mayor en Corea del Sur.
Aunque los dos sistemas parecen radicalmente diferentes, comparten algunos aspectos importantes cuando se analizan de cerca: un elemento es la importancia que asignan a la docencia y a la selección y formación de los profesores; otro aspecto común es un nivel alto de ambición para los estudiantes y de responsabilidad; en tercer lugar están los aspectos culturales, de modo que ambas sociedades valoran tanto la importancia de los colegios y del sistema educativo incorporando un propósito moral subyacente al sistema.
Conclusiones y recomendaciones
Los estudios sobre sistemas educativos de alto rendimiento muestran que tienen en común el establecimiento de estándares altos, un currículo sólido, profesores competentes y una cultura que tenga en mente la educación y que la apoye y todo ello junto con un sistema que facilite la elección de la escuela y la autonomía de los centros. Por otra parte, las reformas educativas deben basarse más en información real que en cuestiones ideológicas y percepciones. En todo caso, las soluciones pueden ser locales, pero sin perder de vista los resultados de los test internacionales y las buenas prácticas de los distintos países.
El informe incluye una serie de recomendaciones para los que elaboran políticas educativas:
1. No hay soluciones mágicas ni sencillas: aportar dinero al sistema educativo sin más no produce resultados.
2. Respeto a los profesores: los buenos profesores son esenciales para conseguir una educación de alta calidad. La selección y la retención no está necesariamente ligado a un salario alto. Se debe valorar adecuadamente a los profesores no como técnicos de un sistema educativo mecánico.
3. Se puede cambiar la cultura: Las asunciones culturales y los valores del sistema educativo son críticos para apoyar o minar lo que el sistema puede hacer.
4. Los padres no son ni un impedimento ni los salvadores de la educación: los padres desean que sus hijos tengan una Buena educación, de modo que sus intentos para cambiarla se deben ver como algo positivo.
5. Educar para el futuro, no para el presente: los trabajos y las habilidades que se desarrollan actualmente pueden ser insuficientes o no existir en plazo de 20 años. Los sistemas educativos deben tener en cuenta qué necesitarán los estudiantes en el futuro y formarles adecuadamente
Tomás Gómez 1/diciembre/2012