martes, 21 de septiembre de 2010

Cómo ayudar a tu hijo con su primer amor

Etapa inevitable, pero que preocupa a todos los padres. Estrategias para ayudarlo cuando llega el momento del 'primer amor'

¿Recuerda su primer amor? ¿Cómo pensaba en ese entonces respecto del mismo? ¿Creía que duraría para siempre?

El aprendizaje de las relaciones afectivas no es en absoluto fácil, y si a esto se le combinan las inestables hormonas juveniles, es fácil darse cuenta de por qué las relaciones amorosas en los jóvenes pueden llegar a ser tan conflictivas.

¿Qué hacer entonces cuando se ve que un adolescentes está sumamente implicado en una relación que llega a ser demasiado intensa, pero no tan sana? ¿Cómo manejar, por ejemplo, una situación de celos o posesividad?
A continuación, le ofrecemos algunos consejos que hemos recabado de los mismos padres: puede que ellas le ayudan a guiar a su joven hijo por el sendero de una relación sana.

Ayudando a su hija

Es importante que le señale a su hija en que momento su novio esta actuando incorrectamente. Si él la trata de una forma posesiva, dígale a su hija que usted no aceptaría vivir así. Todo esto podrá hacer que vaya tomando conciencia de la situación. Lo importante, será disuadirlas antes que prohibirles, pues prohibiéndole ver a la pareja solo podría estimular más su adolescente y rebelde alma.

En este sentido, lo ideal sería que se tome las cosas con calma y tiempo, o trate de implicar más al novio en las actividades de la familia, para controlar mejor la relación y posiblemente lograr con él una comprensión mutua.

Sepa que imponer el hecho de que cese la relación sólo causará resistencia y falta de comunicación. Por otro lado, sería peligroso e irresponsable permitir que una niña se defienda por sí misma, siendo tan inexperta en las relaciones. Por eso, el mejor primer paso hacia una solución, deberá ser, como señalamos, implicar a ambas partes en la comunicación, persuadiéndolos pero también aconsejándoles.

Pregúntele a su hija qué es lo que sinceramente quiere ella para su vida, sus metas, etc. Puede parecer una cosa muy difícil de hacer, pero ella apreciará y necesitará de su cuidado, y su amor propio será mejor si se le respetan las propias elecciones, que no obstante deben ser guiadas.

Se debe tener también en cuenta que las chicas que se desarrollan más temprano, tienen mayores probabilidades de mantener una vida sexual más temprana, por lo que es necesario tener un cierto control sobre ellas, pero aceptando que sus sentimientos son muy normales, pues toda joven adolescente necesita enamorarse, besarse y en algunos casos ir más allá.

Sin embargo, para permitir que su hija pueda gozar su naciente sexualidad de una manera segura, sería importante que incentive las reuniones con grupos de pares que usted conozca. Organice estas reuniones, para que las jóvenes no estén solas y conozcan gente apropiada.

Asimismo, será atinado que le haga saber a su hija que sus inclinaciones sexuales están bien, pero que eso no significa que ella sea libre para actuar sin responsabilidades.

La educación sexual tiene que incluir lo que ella puede hacer para expresar sus sentimientos de intimidad, y aquello en lo que debe tener mucho cuidado o bien esperar. Si sólo dice no, su joven adolescente nunca vendrá a usted para pedirle consejos, y eso puede ser más inseguro. Proporciónele libros y la posibilidad de hablar con un adulto con quien ella sienta comodidad, además de usted mismo.

En cualquier situación de pareja, si existe una fuerte señal de una relación abusiva, llame a un centro de información sobre abuso y consulte como podría tratar este problema.

El caso de los varones

Por supuesto, tampoco los hijos están exentos de problemas a esta edad, sobre todo por que la mayoría de los diálogos sobre sexo y romance se formulan sólo entre madres e hijas.

Ellos quieren verse atractivos y deseables para el sexo opuesto. Eso no es nada nuevo. Sin embargo, es importante que no se pierda de vista un asunto fundamental, que es que sus hijos no tienen mucha idea de cómo lograr esto, y, basados en la nociva publicidad, muchos pueden creer que los bienes materiales son fundamentales para esto.

En efecto… ¿Cómo esperamos que nuestros hijos sepan lo que una chica quiere, sus necesidades, o qué encuentran atractivo, si nosotros no les desentrañamos para ellos los misterios de las mujeres?

Por eso, la primer pregunta que debería hacerle es: ¿Qué piensa él que impresiona a una chica? Es probable que conteste que esto es obvio, que son los autos, el dinero, o el éxito. Dígale que, en cambio, las chicas interesantes aman la honestidad, los gestos de cuidado, etc.

Los chicos necesitan tanto, si no más, de instrucciones sobre el romance que las chicas. Sin dudas se sorprenderán.









El primer amor





Dicen que "El primer amor nunca se olvida", una frase muy cierta porque independientemente de que como haya sido esa experiencia, indudablemente se queda en nuestros recuerdos.
Aunque pase el tiempo, si las personas se vuelven a encontrar con quien fue su primer amor, se despiertan ciertos sentimientos que se creían olvidados, y a veces es tan fuerte que vuelve a reunir a la pareja e incluso a causar grandes problemas cuando cada uno tiene por su lado una relación sentimental formal.
¿Que es lo que hace a ese primer amor inolvidable?, ¿A que se deberá que ese primer amor en cierta forma nos marca? .

Realmente cualquier cosa que hagamos o tengamos por primera vez es difícil de olvidar y mucho más en el terreno del amor, nos deja una marca indeleble en el alma y el corazón.
El amar por primera vez es un despertar a una gran variedad de sentimientos que no habíamos experimentado antes por nadie.
Es un amor muy diferente que nos arrebata una etapa de nuestra vida para ubicarnos en otra donde no sentimos crecidos, plenos y totalmente vulnerables. Sinceros y dispuestos a entregarlo todo.
Vemos las cosas de mejor humor, sonreímos y somos más accesibles; nuestra autoestima se eleva, ya que nos sentimos más seguros porque de alguna forma a través de nuestra pareja, nos vamos conociendo, nos aceptamos y queremos.

Iniciar en el amor da paso a numerosas sensaciones; con el puede venir el primer beso y la primer caricia que nos hacen estremecer, nos hace sentir ese cosquilleo por todo el cuerpo.
Asi también al primer amor lo celamos profundamente, el sentido de pertenencia es muy fuerte y ante la desilusión o traición, experimentamos un enojo incontrolable y al mismo tiempo una fuerte depresión; estados de ánimo hasta entonces desconocidos.
Comúnmente aparece en la adolescencia, etapa donde la presencia o el recuerdo de ese primer amor es mucho más fuerte ya que también entran en juego las hormonas, provocando en los chicos: deseos, necesidad y al mismo tiempo ansiedad.

A partir de ese amor, generalmente los jóvenes encuentran un punto de partida a su vida amorosa y a la apreciación de un mundo completamente distinto.
Dicen que el primer amor y las experiencias acumuladas durante esa etapa son la puerta a los demás amores, incluso se puede tomar como la mejor referencia para las futuras relaciones.
Y aún cuando esa relación haya sido muy perturbadora, muchas veces y sin darnos cuenta, buscamos parejas que se parezcan a ese primer amor.
Queda tan profundamente enraizado que si en un futuro nos encontramos ante el, es posible que vuelvan a florecer sentimientos que nos lleven a reanudarlo.
Como en el primer amor experimentamos sentimientos nuevos, muy intensos y al mismo tiempo encontrados ( miedo y alegría, inseguridad y entrega total; coqueteo y timidez), son motivos por los cuales se le considera inolvidable.
Fuente: www.conmishijos.com
 

El primer amor en la adolescencia

Cuando percibimos que nuestro hijo o hija adolescente puede haberse enamorado, nos embargan todo tipo de inquietudes por la nueva etapa que se inicia. Antes de llegar a esta conclusión, no entendíamos su reserva, la falta de apetito y su salto al escuchar el timbre del teléfono para llegar antes que nadie.
No sabemos cómo abordar el tema, si hablarlo con ellos, o si esto daría mayor importancia al asunto. Otras veces nos lo tomamos con gravedad, pensamos que ese chico o chica será el futuro padre o madre de nuestros nietos. Generalmente, consideramos que todavía son muy pequeños para eso. Pero de pronto, empezamos a recordar lo que nos pasaba a su edad. Poco a poco vamos comprendiendo que han crecido y que debemos respetar los cambios físicos, psíquicos, de intereses en general y de identidad sexual, en particular. Es un momento difícil, no exento de sentimientos encontrados, porque evocamos en nosotros mismos ese periodo tan crítico de la vida.

Cuando el joven se enfrenta a una primera relación amorosa, la teme y la desea al mismo tiempo. Sin saberlo, pone en juego en esa experiencia la muerte de una época vivida. Debe despedirse de su propia infancia.

Claves para saber qué le ocurre

Aceptar el paso. Enamorarse es dar un paso que lejos de resultarle fácil al adolescente, implica hacer uso de muchos recursos psíquicos, algunos conocidos y otros nuevos. Aunque se trate de una circunstancia que él vivencia como única, en realidad mucho antes, siendo púber y aún niño, ya experimentó y presintió a su nivel, el sentimiento amoroso. A diferencia de entonces, existe en su cuerpo la posibilidad fisiológica de ejercitarlo y darle un sentido nuevo.

Hablar de emociones. Ante la inminencia de que se concrete una relación sexual, los padres se angustian y existe el riesgo de que sólo les hablen de las enfermedades de transmisión sexual, del embarazo y la anticoncepción, porque éstos son los temores más habituales y porque a veces es más fácil hablar de estos temas, que de las emociones que la situación provoca.

Se suele cuestionar a los adolescentes que vivan una sexualidad libre de prejuicios. Pero a los adultos también les resulta difícil hablarles del sexo y del amor, por ello tienen parte de la responsabilidad. No se atreven a entablar una conversación sencilla con sus hijos, a veces por prejuicios y otras por sus propios conflictos sexuales irresueltos.

Argumentar opiniones. Si se han enamorado de un chico/a que a los padres no les gusta, conviene que actúen con bastante tacto y paciencia. Si hubiera razones objetivas para el desagrado, es mejor argumentarlo, sin olvidar que a mayor oposición de los padres, mayor es el efecto opuesto al deseado.

Aceptar la primera relación amorosa con naturalidad permite a los hijos depositar su confianza en los padres, pudiendo hacerles partícipes de sus miedos e inseguridades.
 Victoria Queipo
     

    Nuevo diccionario de la Real Academia 
    (para reir y meditar)

    Amor: Palabra de cuatro letras, dos consonantes, dos vocales y dos idiotas.

    Arquitecto: Dícese de un tipo que no fue lo suficientemente macho para ser ingeniero; ni lo suficientemente maricón para ser decorador.

    Bailar: Es la frustración vertical de un deseo horizontal.

    Boy scout: Un niño vestido de estúpido comandado por un verdadero estúpido vestido de niño.

    Busto: Estatua de un hombre sin manos, o parte de las mujeres donde están las manos del hombre.

    Candidato: Persona que obtiene dinero de los ricos y votos de los pobres para protegerlos a unos de los otros.

    Confianza: Vía libre que se le da a una persona para que cometa una serie de abusos.

    Cerebro: Órgano que sirve para que pensemos que pensamos.

    Diplomacia: Arte de decir 'lindo perrito', hasta encontrar una piedra para tirársela.

    Dolor de cabeza: Anticonceptivo mas usado por la mujer de estos tiempos...

    Ginecólogo: Especialista que trabaja en el lugar donde otros se divierten.

    Héroe: Individuo que, a diferencia del resto, no pudo salir corriendo.

    Hombre: Ser masculino que durante sus primeros nueve meses de vida quiere salir de un lugar al que intenta entrar el resto de su vida.

    Indiferencia: Actitud que adopta una mujer hacia un hombre que no le interesa, que es interpretada por el hombre como 'se esta haciendo la difícil'.

    Modestia: Reconocer que uno es perfecto, pero sin decírselo a nadie.

    Ombligo: Especie de timbre que exhiben las mujeres, generalmente en verano y primavera, pero que si lo tocas te atiende el novio.

    Supermodelos: Evidencia de que todos los demás estamos mal hechos.

    Trabajo en equipo: Posibilidad de echarle la culpa a otros.

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